Con la intención de contener la sangría de reservas, el Gobierno decidió elevar del 20% al 35% el pago a cuenta del Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales aplicado sobre las compras realizadas con tarjetas de crédito y/o débito en el exterior. La novedad es que esa percepción ahora se aplica a la compra de moneda extranjera para turismo y viajes. Hasta ayer la adquisición de divisas, previa autorización de la AFIP, se hacía al tipo de cambio oficial. Con el recargo, considerando el cierre de la víspera, el dólar a comprar por quienes viajen al exterior sería de $ 8,322.
El nuevo recargo entra en vigencia desde hoy con la publicación en el Boletín Oficial de la resolución de la AFIP 3550, que indica que también estarán alcanzadas por la alícuota «las operaciones de adquisición de moneda extranjera -billetes o cheques de viajero- para gastos de turismo y viajes, con validación fiscal. Asimismo resultan incluidas las transferencias al exterior por turismo y viajes sujetas a validación fiscal». Además, dispone que sobre las operaciones alcanzadas por el régimen de percepción se aplicará «la alícuota del treinta y cinco por ciento (35%)».
La resolución explica que la medida fue dispuesta porque «decisiones de política económica tornan aconsejable extender la utilización de esa herramienta fiscal a la venta de moneda extranjera para gastos de turismo y viajes».
Con este incremento en el recargo sobre compras en el exterior, el Gobierno refuerza el control sobre el turismo, un sector sobre el que siempre tuvo puesto el ojo cuando se comenzó a extender el cepo cambiario ya que por allí sufre un constante drenaje de divisas porque los argentinos que viajan al exterior, hasta ayer pagaban sus gastos fronteras afuera al tipo de cambio oficial.
Según el último informe disponible del INDEC sobre turismo, en septiembre pasado el gasto de los argentinos que viajaron al exterior aumentó un 17,3% en forma interanual, al alcanzar un total de u$s 277,8 millones.
El pasado 21 de noviembre, en su primer contacto con la prensa en su calidad de jefe de Gabinete, Jorge Capitanich ya había dejado una pista sobre las decisiones que el Gobierno estaba analizando en materia cambiaria. Ese día, el exgobernador chaqueño afirmó: «Vamos a proteger, a cuidar nuestras reservas. No vamos a destinarlas a asignaciones de carácter suntuario». Esa misma semana, se anunció el envío al Congreso del proyecto para recargar hasta un 50% el recargo sobre la compra de autos de lujo.
Desde antes de las elecciones legislativas del 27 de octubre, las especulaciones en torno al mercado cambiario se multiplicaron por doquier, inclusive con visiones encontradas dentro del propio Gobierno. Altos funcionarios salieron, en numerosas oportunidades, a desmentir cualquier posible aumento en el recargo a las compras con tarjetas en el exterior. Esta situación comenzó a cambiar, cuandoCapitanich dejó en claro cuál será la nueva agenda política-económica en la etapa que se abrió con su designación en la jefatura de gabinete.
Sin embargo, los cambios en el gabinete, con el ingreso de Capitanich como jefe de ministros y de Axel Kicillof como titular de Hacienda, con el camino despejado con las salidas de Guillermo Moreno yMercedes Marcó del Pont, abrieron la puerta para la aplicación de nuevas medidas para priorizar «la inversión productiva», tal como se encargaron ambos ministros de repetir desde que asumieron su nuevo rol.