La reunión entre el presidente de EEUU, Barack Obama, y los líderes republicanos y demócratas del Congreso concluyó sin avances claros para poner fin a la paralización de la Administración que el país vive desde el martes.
Tras casi 90 minutos de reunión en la Casa Blanca, el presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano John Boehner, fue el primero en salir de la residencia presidencial y aseguró que los demócratas «no están dispuestos a negociar».
Por su parte, el líder de la mayoría demócrata en elSenado, Harry Reid, afirmó que Boehner no quiso aceptar una propuesta para negociar un presupuesto a largo plazo y sentenció que su partido «no se moverá» en su reivindicación de que el debate no se vincule a la reforma sanitaria.
Los legisladores del Partido Republicano esperaban suprimir el financiamiento a la reforma de saludpromulgada por Obama a cambio de aprobar el presupuesto federal.
Tras la salida de Boehner de la residencia presidencial, el jefe de la mayoría demócrata en el Senado,Harry Reid, excluyó cualquier posibilidad de ceder respecto de esa reforma, bautizada «Obamacare», que fue aprobada en 2010 y fue luego refrendada por la Suprema Corte
Más temprano, más de una decena de banqueros de Wall Street se reunieron con el presidente estadounidense, Barack Obama, a quien recordaron los graves peligros que supondría una falta de acuerdo para el aumento del techo de deuda que evite una suspensión de pagos.
«Se pueden litigar asuntos políticos en sus foros políticos, pero no deberíamos usar como si fuera un garrote la amenaza de que Estados Unidos no cumpla sus obligaciones y pague sus deudas»,indicó en una rueda de prensa posterior a la reunión Lloyd Blankfein, consejero delegado de Goldman Sachs.
La reunión, organizada por el Financial Services Forum, se da en el segundo día de cierre parcial de la Administración federal debido a la falta de acuerdo en el Congreso sobre un nuevo presupuesto, y a poco de que, el 17 de octubre, Estados Unidos alcance su techo de endeudamiento y esto obligue a obtener permiso del Legislativo para evitar una suspensión de pagos.
Tanto el presidente como los grandes banqueros de Wall Street coincidieron en que el llamado «cierre» del Gobierno y la suspensión de pagos tienen resultados «extremadamente adversos», según Blankfein.
El consejero delegado de Goldman Sachs aseguró que existe consenso en la necesidad de no perjudicar en este momento la delicada recuperación económica y «el cierre del gobierno y, particularmente, la incapacidad de aumentar el techo de deuda, provocaría eso mismo», un gran perjuicio.
En la reunión con Obama estuvieron presentes también el consejero delegado de JPMorgan, Jamie Dimon; el de Citigroup, Michael Corbat; el de Deutsche Bank, Anshu Jain, y el de Bank of America, Brian Moynihan, entre otros.
La poco habitual visita de la cúpula de los banqueros de Wall Street a Washington se da en pleno temor a que el cierre de la Administración Pública y el desacuerdo para elevar el actual techo de endeudamiento de 16,7 billones de dólares, afecte seriamente al crecimiento de la primera economía mundial.
Antes de reunirse con Obama, los banqueros visitaron el Congreso y mantuvieron un encuentro con el responsable de los trámites legislativos de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy.
Moynihan advirtió tras esa reunión que no hay nada más serio que el hecho que EEUU no pague sus deudas, «tanto si son los cheques de Seguridad Social (pensiones), préstamos a los pequeños negocios o las obligaciones del Tesoro».
Fuente: Ambito.com